Dentro de este contexto, la asociación ha venido trabajando y formulando varios proyectos, pero la experiencia de que varios de ellos no se materialicen y que se hayan presentado varias barreras han hecho que el interés y motivación como asociación disminuya y se pierda el trabajo colaborativo. En estos 3 años han logrado sacar adelante 2 proyectos de cultivos comunitarios pero los demás no se han logrado sacar adelante, lo que genera que se generen expectativas grandes entre los asociados que no se cumplen, llevando al final del día, que cada asociado trabaje, produzca y comercialice de forma independiente lo que tenga a su disposición. Adicionalmente, aunque la asociación cuente con una estructura formal de presidente, secretaria y fiscal, las reuniones entre todos los asociados son muy pocas y los procesos principales recaen en muy pocas personas, por lo que no se logra una gestión eficaz y eficiente.

Frente a este contexto, Elvira Salazar, una de las líderes de la asociación, está interesada en encontrar la forma en la que la asociación tenga un enfoque común, un sentido de pertenencia conjunto y que todos los asociados compartan la visión de crecimiento y desarrollo colaborativo. Desde su experiencia Elvira plantea la posibilidad de encontrar un proyecto que esté orientada hacia la cultura sana y de origen, y que de esta forma la asociación pueda desarrollar un diferencial frente a lo que comúnmente se comercializa en la región y que de esta forma haya una unidad y propósito nuevo como grupo.